En las noticias es común escuchar frases como: “Un incendio forestal está acabando con varias hectáreas de árboles”, “Cada vez es mayor la contaminación en las ciudades” o “Separar la basura orgánica de la inorgánica ayuda sin duda a nuestro ambiente”. Por otra parte, qué me dices de cuando al caminar por la calle vemos a alguien que tira la basura en cualquier lugar menos en donde corresponde. Hablando de medio ambiente, pareciera como si se tuviera la creencia de que el cuidado de éste depende únicamente de unas cuantas organizaciones y/o personas apasionadas por salvaguardar esos espacios verdes en el mundo. Los “pulmones” de las ciudades, como suelen llamarse a parques, bosques o reservas naturales, son diariamente afectadas por las actividades que el humano realiza.

Al igual que los espacios anteriores, ríos, lagos y mares son contaminados por residuos como el plástico, productos químicos o petróleo en algunas ocasiones, provocando así la pérdida de especies marinas. Pero ahí no se detiene el tema de la contaminación causada por la humanidad, el aire no queda libre del problema. Algunos procesos de producción en las fábricas, hidrocarburos o la erosión impiden que la calidad el aire que respiramos sea óptima para nuestra salud.

La pregunta es: ¿Qué se está haciendo para combatir el problema? Ahora bien, así como escuchamos de los problemas que envuelven al planeta, también (creo) que hemos escuchado sobre las asociaciones ambientales que se esfuerzan en combatir dicha problemática. La Asociación de Guardias Ambientales de Aguascalientes es una de ellas. Fundada en 2006, participa en programas de vigilancia a áreas naturales, educación ambiental, monitoreo de especies biológicas y combate de incendios.

Tuve la oportunidad de conocer más de Guardias Ambientales gracias a los datos que amablemente me proporcionaron Luis Flores Miranda, ambientalista y presidente de la asociación y Mario Palacios, miembro de la asociación y colaborador del centro INAH. Su misión para lograr el objetivo del cuidado y la conservación del medio ambiente es: “Trabajar de manera organizada por el mejoramiento del medio ambiente para generar la conciencia en todos los integrantes de la sociedad de la importancia vital que tiene el conservar el equilibrio ecológico”. Este tipo de organizaciones me hacen recordar la labor de la que se habló en la conferencia impartida hace algunos años en el campus de nuestra alma mater por la activista Karla Munguía Colmenero, participante en el docu-reality show "El Hallazgo", de Animal Planet en 2006. Enamorada del planeta (como dice en su cuenta de Facebook), Munguía comparte por medio de videos, conferencias y en actividades como la limpieza de playas en México, la importancia de mantener “sano” nuestro planeta.

Ahora bien, nuestro entorno y la vida natural que se desarrolla en ella, el cuidado y el constante trabajo por reducir el impacto negativo a causa de las actividades humanas, es tema que nos compete a todos.

Volviendo a nuestro espacio geográfico, los aguascalentenses conocemos bien a nuestro “durmiente eterno”, el cerro localizado al poniente de la ciudad. Es justo en este cerro donde se realizan algunas actividades como reforestación, vigilancia, operativos y mantenimiento por parte de los Guardias Ambientales. Este cerro es destino predilecto para amantes de la naturaleza y deportistas.

//Así es que, lectores, no pierdan oportunidad de visitarlo y cuidarlo.

Realizar una actividad como el cuidado del medio ambiente requiere propuestas para la solución de problemas. Los Guardias Ambientales me compartieron cuatro de sus propuestas:

1. Creación del “Instituto Económico Ecológico del Estado de Aguascalientes” con la función de: detectar, regular, promover y vigilar las actividades económicas que generen una explotación sustentable, rentable y de protección a todas las áreas naturales del estado.

2. Implementaciòn y dotación de un “Programa de manejo de leñas muertas”, pues la cantidad de leña muerta representa un riesgo muy alto de incendio de consecuencias devastadoras.

3. Por ley, toda área natural, carretera, calle y/o espacio público sea “señalizada” para informar al ciudadano el impacto que tienen sus actos.

4. Elevar a rango de ley un “Código de comportamiento ciudadano ambiental”, pues los hábitos de los ciudadanos tienen un impacto ambiental negativo, por ejemplo: el acto de tirar basura en la vía pública tiene como impacto tapar las coladeras generando un foco de infección, o el acto de dejar a la intemperie las heces de mascotas, se pulverizan luego se respiran, el impacto: enfermedades. El código debe incluir las sanciones para quien lo infrinja y dotar de presupuesto a un órgano que garantice su cumplimiento.

Espero que dichas propuestas sean aceptadas y puestas en práctica en un periodo a corto plazo y que las asociaciones como Guardias Ambientales sigan fortaleciéndose y dando fruto en los lugares donde sea necesario. También que nuevas asociaciones, junto con las ya existentes, logren su objetivo de impactar en nosotros como sociedad.

Y, por último, que como agentes activos en el deterioro del medio ambiente trabajemos en cambiar nuestros hábitos a favor de generar acciones concretas para nuestro hermoso planeta tierra y para cada una de las especies que comparten con nosotros la vida.