Poema No. 1

Fuiste voz en campos de perfidia
Y aturdida de tu labia enemiga
Emigré a ciudades nocturnas
Donde las luces obstan las miradas intuitivas
Y el deleite viste botella fina.

El filo de tus dientes oprimió feroz en mi garganta
Cuando aspiré el óxido misántropo al final de la embriaguez.

La savia de tus besos la piel me dejó ulcerada,
palpitantes los senos y confusa en la almohada
bajo el secreto erótico de tu costilla y desnudez.

Fuiste voz en campos de perfidia,
Hoy eco de todo movimiento,

// Huyendo de ti regreso de todo rostro ciudad y tiempo
donde la nostalgia se disfraza en botella fina.

Inminente final silencioso

“…Hay tantas cosas que son mentira y en las cuales creo, y también muchas otras cosas que se pierden a diario, porque todos pasamos llenando la vida de mentiras
para poder nombrar ciertas palabras, como vida, como misterio y hasta patria,
para poder decir, con esperanzas: mañana…”

Pero amor, que no es esta palabra engaño mundano
profesado de la palpitación hasta mis labios…
y por mis manos en la parte baja de tu espalda.
Pues siendo yo ajeno al sonido de palabras vanas,
Expresé mi júbilo en cada mirada que postraba sobre ti
He aquí que encuentro, el misticismo en el vocablo.

//¡Qué mentira tan piadosa he interiorizado humillado en mí!
repitiendo lentamente que el adiós no vendrá ni hoy,
¡ni en ningún momento, ni después!

Sin embargo, el tiempo fugitivo corre sigiloso,
mojando, quebrantando y flagelando el alma desnuda y pesarosa
arrastrándome hacia la eternidad constante de mis desvelos...

¿Qué fue esa reacción que bajo mi instinto torpe no encontraste?
sino esta misma que tu ausencia consagra deambulante
y he aquí de nuevo que encuentro, el misticismo en tus vocablos

Siendo tarde para nuestro tiempo, amor mío,
“…Así que, te digo adiós por el otro tiempo sin mañana…”