Cuando me hicieron la propuesta para cubrir la entrevista del próximo número, me dijeron: “Se trata sobre un lugar que tiene que ver con la música, ¿te animas?” Claro que antes de decir que sí, se me vino a la mente contactar al buen Mauricio Alarid, compositor y cantautor, enamorado de la música desde muy joven, a quien conozco desde hace más o menos una década, con el fin de que me orientara un poco sobre el mundo musical. Pensé que sería bueno que platicara un poco con nuestro invitado de la nueva entrega de Aguaardiente.

Él aceptó acompañarme aun después de mis clases fallidas de guitarra bajo su mando hace tiempo (espero retomarlas pronto). Le dije que nos reuniríamos con Juan Carlos Amador Robles, para charlar sobre su nuevo proyecto relacionado con la música que presentará en un predio localizado cerca del centro de la ciudad. Antes de llegar al lugar de reunión le pregunté cuál era su concepto sobre la música y Alarid respondió: “Pienso que es la manera más viva y natural de expresar lo que pienso o siento”.

Llegamos al café donde sería la charla. Juan Carlos iba acompañado por su socio, Héctor González Rangel, integrante de la banda Here Comes The Kraken (HCTK) y dueño del predio que dará vida al Kulturkeller, lugar que abrirá sus puertas muy pronto. Tienen tiempo conociéndose como profesor y alumno ya que Héctor mejor conocido como “Tore” recibe clases de canto de parte de Juan Carlos.

Stephanie Segovia: ¿En qué momento descubres la música o ella te descubre a ti?

Juan Carlos: Descubro la música yo creo, muy chico. A mi mamá le gustaba cantar, me empezó a llamar la atención cantar también y después de eso me llamó la atención tocar algún instrumento. En el fraccionamiento donde vivía de niño había una maestra de piano, la conoció mi mamá y me fui a tomar una lección de piano, pero lo que me atrapó fue el sonido. Mientras discutían cuánto le iban a cobrar a mis papás y todo eso, yo le fui a picar al piano, y un instrumento acústico de ese tamaño, un piano vertical grande muy bonito, produce una resonancia muy padre. Entonces, toqué la tecla y me quedé así fascinado con el sonido… la vibración me gustó […]. A partir de ahí empecé a estudiar música y ahí me atrapó la música a mí.

SS: ¿Qué concepto se fue formando en ti sobre la música?

Juan Carlos: La música para mí fue más bien una forma de expresar todas las cosas en la vida y todas las cosas que yo sentía y pensaba […]. La tomé como un lenguaje, digamos […]. Casi nunca es la música en sí misma, sino más bien las ideas contenidas en el lenguaje.

SS: ¿Cómo surge este proyecto?

Juan Carlos: “Tore” tenía la idea de hacer una universidad de la música aquí en Aguascalientes, yo le comentaba que había una facultad de música y que lo que hacía mucha falta eran todas las etapas elementales […]. Llegaban conmigo, por ejemplo, estudiantes que me pedían preparación para el examen de ingreso para la UAA, yo les hacía una valoración y no traían nada. Preguntándole a otros maestros amigos míos sobre cuáles eran los principales problemas que traían los alumnos que aspiraban, me decían “solfeo”. Entonces, la idea era que nosotros pudiéramos hacer una escuela elemental. Tenemos la idea de que sea éste un instituto para la formación formal, luego la escuela de rock […] y también una escuela versátil, todo esto sería en el área de música. Dicho espacio está pensado para todas las edades y con gran variedad de instrumentos.

Poco tiempo después, mis entrevistados y yo comenzamos a hablar sobre el concepto general de la casa. Entre el ruido que había en el café, los púberes que estaban cerca de nuestra mesa en un festejo de no sé qué cosa y la amable mesera que tardaba en traer las bebidas de Juan Carlos y Héctor, se nos fue el tiempo.

Tore: El concepto de la casa es Kulturkeller, que en alemán significa “bodega de cultura” […]. Es, digamos, donde se juntan todos los artistas, es como una comunidad y eso me lo copié (risas) de un tour que hicimos en Europa. En Alemania nos tocó ir a hacer show en varios kulturkellers, que son lugares donde tienen su foro y aparte tienen otras actividades.

//En esta casa queremos que se sienta una vibra parecida a esa, no tanto como una institución académica, sino como un lugar donde vas a disfrutar, expresarte y convivir con la gente que tiene intereses afines a ti

[…] El fin es que no nada más aprendan, sino que también se enamoren de la música, que la música sea lo que son ellos.

Por ejemplo, la emoción de querer tocar la guitarra y sentir que tienes que hacer un trabajo para poder tocarla, ahí es donde muchos se pierden […]. Es lo que yo les digo siempre a mis alumnos de guitarra: “No manches, a ti te sale muy bien el sol así a la primera”. Me acuerdo que cuando a mí me lo enseñaron, me dolía desde la rodilla, así todo hasta el cuello y amanecía dolorido el otro día (risas).

No tengo duda de ese último comentario de “Tore”. Recuerdo bien esa molestia en el cuerpo por las clases fallidas ya mencionadas. No perdí oportunidad para que Alarid cuestionara un poco a nuestros invitados.

Alarid: La comunidad de Aguascalientes, ¿no es muy cerrada en cuanto a la música?

Juan Carlos: Creo que en la música clásica sí, pero en el resto de los géneros no me parece que lo sea […]. El asunto es que no creo que se haya descubierto ya la fórmula para vivir de la música decentemente y al 100%.

Las bebidas se terminaron, pero la charla seguía y seguía. Para concluir, les agradecí por aceptar compartir sobre el futuro espacio musical que abrirán. Así que, más adelante, amables lectores, les estaremos compartiendo cómo va tomando camino nuestro Kulturkeller en la ciudad. Por cierto, si gustan saber un poco más sobre la banda HCTK, en el número 6 de su revista Aguaardiente encontrarán una gran entrevista realizada por Juan Pablo Castañeda Pacheco a dicha banda. Nos leemos pronto y ¡que vivan las emociones y la fusión de la vida y la música siempre!