Las fuerzas en el hombre entran en relación con fuerzas del afuera….
Michel Foucault

Existen dos universidades a nivel estatal que ofertan carreras referentes al quehacer teatral, en las dos se inculca el desenvolvimiento y especialización actoral escénico. Cuando uno escucha lo anterior podría imaginarse que existen muchos artistas comprometidos con su arte y, por otro lado, que es una entidad que no le pide nada a ninguna otra. Hasta cierto grado, esto es verdad. Sin embargo, el estado, después de varias décadas de historia teatral, apenas está encontrando y destapando una entidad propia. Por otra parte, podríamos imaginar que se consume mucho teatro en la comunidad hecho por creadores locales, pero llegamos al punto en donde todo se pone obscuro, ya que los artistas locales no confían en lo que su estado produce en lo que se refiere a teatro. Existe una preferencia por consumir lo que se produce fuera de la entidad, como si lo extranjero tuviera el hilo negro de la verdad. En mi opinión, esto sucede porque en las instituciones de arte se inculca una visión errónea, pues se cree que el centro del conocimiento teatral no está aquí, nadie sabe dónde se encuentra, pero parece que tienen claro que no está aquí.

Un ejemplo de lo antes mencionado sucedió en meses anteriores con la elección de los montajes que representarían al estado en el Festival Internacional Cervantino. Para ello fueron seleccionadas dos propuestas, Escuela para Zombis y la Demiere Dance de Brigtte. Este último no es pensado y creado en el estado, sólo que uno de sus integrantes residió en la ciudad y, por lo tanto, se tomó como seleccionable para representar al estado en dicho festival.

Quiero hacer un alto antes de continuar. Con todo esto no pretendo prender antorchar y quemar instituciones, todo lo contrario, pretendo realizar una reflexión profunda que nos permita entender y visualizar la problemática del estado en cuestión de teatro.

Retomando el tema que me ocupa, me surgen ciertos cuestionamientos que hasta el momento no logro resolver: ¿por qué nuestras instituciones no confían en el trabajo local? Estamos viendo hacia fuera y poco hacia adentro y esto repercute en la calidad de los proyectos. Sumado a esto, ¿qué es lo que hacemos para nuestra comunidad? Me hago estos cuestionamientos ya que desde mi trinchera ubico varios montajes dignos de ser representantes de la entidad, entre los cuales destacan: El viaje de los cantores, Lo que nos trajo hasta aquí, Estudio para una depresión, Matilde y el fantasma, por mencionar algunos. Cada una de las propuestas antes mencionada son completamente diferentes y están completamente sustentadas por mucho trabajo de los creadores.

Es de preocupar todo lo expuesto con anterioridad porque como gregario teatral no se está generando un diálogo que permita encontrar este lenguaje que sustente las propuestas. Sumado a esto, no se ha unido la comunidad para dar valor a las propuestas de los otros. Si se sigue buscando entre la marea los navíos que nos traigan hasta aquí la colonia, estamos perdidos.

//Es importante la unión de fuerza como gente de teatro que permita dar confianza a las instituciones que las elecciones que tomen son las adecuadas,

y que a partir de alguna elección no se tendrá una repercusión que propicie la manada de grillos dentro y fuera de sus puertas.

Antes de terminar me gustaría dejar claro que ésta es una reflexión personal, no soy dueño de la verdad (ni pretendo tenerla), pero me gustaría, como participe de la comunidad, entrar en diálogo que permita descubrir y resolver cuestionamientos que atañen a nuestro quehacer. Pongo sobre la mesa la problemática, no sólo para la gente de teatro, sino para cualquiera que entregue algunos minutos de lectura a este par de líneas y permita dar luz a las problemáticas que no pueden estar pasando sólo en el sector teatral.