GALERÍA, CUENTO Y POESÍA

Estándares de belleza

Mauricio Caballero

Nos encanta esa sensación, respirar el aire fresco, sentir su abrazo y la tierra húmeda. Vivía en paz, en comunión con la naturaleza, como siempre lo hacía. Así eran mis días, hasta que él llegó.

Estaba en el bosque jugando con las aves cuando él se acercó y habló de lo maravilloso que yo era. Sólo recuerdo el primer golpe. No pude hacer nada, nadie pudo. ¡Me arrancó de mi familia! “¿Por qué, por qué lo haces?”, quería que me escuchara. Con pasos acelerados llegamos a su carro y me recostó dentro de la cajuela. La luz se apagó y el auto inició su marcha. Desde ahí dentro escuché un silbido alegre haciendo juego con una canción de la radio. “¿Qué está pasando?, ¿a dónde me lleva?”, me repetía constantemente. Una eternidad después, el carro frenó y él bajó. Todo mi cuerpo se tensó a la espera de que abriera la cajuela. Eso no pasó. Permanecí ahí aprisionado, me pregunté miles de cosas: ¿Qué es lo que hará conmigo?, ¿por qué me mantiene aquí encerrado?, quiero ver a los míos, a mis hermanos. Me da miedo estar aquí.

A través de una rendija vi que el sol bajó hasta guardarse y en su ausencia llegó el frío. Recordé las noches cobijado en mi hogar, me llené de una profunda nostalgia.

No sé cuánto tiempo transcurrió, de repente escuché un silbido, me percaté de sus pasos aproximándose. Abrió la cajuela y me contempló maravillado. Yo permanecí inmóvil, me aterró su mirada sonriente, luego me cargó, recostado en sus brazos… ¡como a un bebé!, y eso me confundió aún más. “¿Qué quieres de mí?”, pensé. Yo debería estar abrazado por mi madre, mis hermanos, no por un extraño.

Sin hacer ruido me llevó al patio trasero, entramos a un cuarto pequeño y me dejó en una mesa al centro de la habitación. Él se dio vuelta para sacar algunas cosas de un mueble. Yo observé el lugar. Debajo de mí había una larga hoja plástica, no comprendí para qué era, no comprendía nada de lo que sucedía. Del techo colgaba una gran luz, me cegaba, el lugar era pequeño, olía a tierra y químicos, era sofocante. El aire se volvió seco, el calor aumentó y lo que vi en los muros… ¿En realidad está pasando esto?, sentí escalofríos por todo el cuerpo.

Él volteó y dejó varios instrumentos en la mesa contigua, presionó un botón y la música comenzó a sonar, por primera vez en mi vida quise gritar, pero no pude hacerlo. Su mirada fue dulce, caminó a mi alrededor. Me encontraba petrificado, él totalmente calmado me mostró las tijeras; puntiagudas, delgadas y al mismo tiempo fuertes.

El frío se apoderó de mí, sentí pequeños cortes en mis pies, el sonreía mientras los hacía, se alejaba para verme unos momentos y regresaba para continuar con su tarea, luchaba por moverme, él siguió cortando aún más.

Cambió de artefacto por uno más grande, el dolor fue terrible, uno de mis brazos se resistía, temblaba, él apretó más fuerte, yo peleaba, giró las pinzas, sentí un crujido, giró aún más, ¡varias veces! Mi brazo cedió, yo cedí, parte de mí cayó al piso y morí… morí un poco.

“¿Por qué estás haciendo esto? Yo no debería estar aquí, mi lugar es allá afuera, con mi familia, yo no te he hecho nada, ¡nada! No debería estar aquí”. Sentí a mi cuerpo hablar con todas sus fuerzas, pero era inútil, él no escuchaba. Estaba ocupando cortando, rasgando y bailando con aquella música de piano.

Cuando creí que por fin había terminado, me torció otro brazo y lo enredó con un alambre, lo colocó de forma totalmente innatural, después tomó otro alambre más grueso y siguió con la desfiguración. “¿Éste no soy yo, por qué lo haces?”, imploraba dentro de mí. No podía más, llegué a mi límite.

De pronto, asomó la voz de un niño cuestionando lo que hacía mi captor, él se sorprendió al igual que yo. Pensé que por fin terminaría esté tormento, agradecí a nuestra madre tierra y a nuestro padre sol. Me quiso ocultar, pero era demasiado tarde, llegó una mujer y ahí conocí el nombre de mi raptor: Carlos. El niño y la mujer estaban intrigados por ver lo que había detrás de él, Carlos quiso alejarlos, pero no logró disuadirlos y al sentirse vencido, se hizo a un lado para que me vieran.

Sentí vivir de nuevo, como beber agua fresca de la lluvia, ¡por fin seré rescatado!, regresaría a la paz, a mi tierra, con mi madre, a bailar con el viento, sentir el calor del sol, a jugar con las aves, ¡podría crecer!, sanar las heridas y olvidarlo todo, sé que podría lograrlo.

—¡Es hermoso, Carlos! — dijo la mujer.

Comprendí que nunca más regresaría a mi hogar, con los míos. Me convertí en uno más de su colección, su creación, un bonsái, como ellos nos llaman. Ahora convivo con otros árboles como yo; presos en un recipiente con poca tierra, torturados sistemáticamente para no crecer lo suficiente, para satisfacer sus estándares de belleza. Encerrados y dispuestos cerca de una ventana que nos provoca una tremenda nostalgia de aquellos días en donde vivíamos en el bosque.

LA ANFORITA

Disfruta de una miscelánea de artículos interesantes y de fácil lectura sobre temáticas de humanidades, educación y cultura.

Sin Título

Francisco Donlucas

¿De qué hablamos cuando hablamos de cine en México?

Jesús Armas

Academia 2.0. La inserción del mundo de las redes sociales en los círculos académicos

Ana Victoria Velázquez Díaz

ANECDOTARIO

Recordar es vivir. Espacio para el encuentro con las memorias y los recuerdos de los profesores de la UAA. “Docentes y amigos de antaño”.

Marihuana medicinal

Fernando Jaramillo Juárez y María del Carmen Terrones Saldívar

VANGUARDIA

Accede a los últimos avances científicos y tecnológicos, tanto locales como nacionales e internacionales, así como a los realizados desde la universidad para mejoramiento de la sociedad aguascalentense. Anímate a participar en nuevos proyectos de creación e innovación.

RESEÑAS

CINE

Encuentra aquí sugestivas radiografías del Séptimo Arte y disfruta cabalmente tu película favorita.

Eighth Grade (2018) [+]

+ CINE

Encuentra aquí sugestivas radiografías del Séptimo Arte y disfruta cabalmente tu película favorita.

No apartes la mirada: Un comentario sobre Come and See (1985) [+]

EVENTOS

Entérate aquí de los acontecimientos más destacados y de relevancia para la comunidad universitaria y la sociedad aguascalentense.

10 años en 10 portadas de La Jornada Aguascalientes[+]

Polifonía Universitaria, un espacio para la buena música en la UAA[+]

LUGARES

Los rinconcitos más cálidos de la ciudad que puedes visitar en tu tiempo libre. No dejes de conocerlos.

2018, año de una vasta oferta cinematográfica en la UAA[+]

LIBROS

Descubre las novedades literarias que recomendamos a nuestros lectores. Sumerge tu imaginación en mundos inexplorados y empápate de nuevos saberes.

Democracia y conocimiento de Anna Estany & Mario Gensollen[+]

1984 de George Orwell[+]

La sociedad del cansancio de Byung-Chul Han[+]

TEATRO

Drama, comedia y tragedia. Disfruta de todas las emociones que despierta el talento artístico teatral de Aguascalientes.

El teatro hidrocálido y la Malinche[+]


Posgrados


Mayores informes en Departamento de Apoyo a la Investigación / Edificio Académico y Administrativo piso 5, Exts. 7442 y 7443

Eventos culturales

Vinculación

Radio y TV UAA



Recuerda que puedes seguir nuestra señal 94.7 FM, así como en su plataforma virtual radio.uaa.mx o dale “Me gusta” en facebook.com/tvuaaoficial y descarga la App. Mayores informes al 910 9260 y 910 9261 o al correo: xhuaafm@correo.uaa.mx y en el twitter @tvuaaoficial.

Recomendaciones



ESTADÍSTICA II

[Descarga gratuita]

USTED CÓMO DIRÍA

[Descarga gratuita]

PROBLEMAS DE OPTIMIZACIÓN O DE MÁXIMOS Y MÍNIMOS

[Descarga gratuita]

Ebooks

Títulos seleccionados para descarga gratuita.

Mayores informes en: uaa.mx/direcciones/dgdv/editorial/, facebook.com/editorialUAA Al tel. 910 74 54, correo: mespar@correo.uaa.mx mespar@correo.uaa.mx o 910 74 00 ext. 235, correo: librería@correo.uaa.mx

EL BAR