¿Cómo se construye un enemigo? Roucek y Uribe (1956) mencionan que la ideología funge como máquina creadora de ideas ficticias para glorificar y magnificar las hazañas de los jefes o los caudillos. Esto también sucede con los enemigos, pues son creados a través de la socialización de las ideas ya sea clasificándolos peyorativamente o con adjetivos descalificativos. Éstas posteriormente se transforman en monstruos que se tienen que combatir para conservar la estabilidad de la ideología y, con ello, la visión que se tiene del mundo. La creación de “buenos” y “malos” corresponde a la justificación del ejercicio del poder para, de esta manera, acceder a bienes económicos y políticos o, inclusive, para legitimar una idea de humanidad.

En el episodio de El hombre contra el fuego,² de la serie británica Black Mirror, se narra una realidad distópica y post-apocalíptica donde la seguridad se encuentra en manos de una organización militar (sin nombre) que tiene como objetivo eliminar a los mutantes llamados cucarachas (criaturas humanoides de piel pálida con dientes afilados y que emiten gruñidos). Para cumplirlo, cada soldado cuenta con un implante neuronal llamado MASS (máscara) que le otorga al poseedor una realidad aumentada.  En ésta, los sentidos (vista, oído y olfato) se agudizan, la indiferencia se mantiene presente y el sentido de culpa o responsabilidad se encuentran ausentes; esto con la finalidad de incrementar su eficiencia en combate.

El protagonista, Stripe Koinange, después de haber matado a dos cucarachas, sufre alteraciones en su máscara por un dispositivo que provocó una ráfaga de luz sobre sus ojos. A pesar de los diagnósticos, no presenta daños y vuelve a emprender una expedición para combatir mutantes en un edificio. No obstante, en esta ocasión no ve a ninguno, solamente humanos corriendo del fuego de las balas de los soldados. Esto le genera confusión y decide proteger a los civiles, hecho que provoca que se enfrente a su compañera de escuadrón y, más tarde, a la institución militar.

Roucek y Müller sostienen que “las formas de pensamiento de todos los individuos están determinadas por la naturaleza de los grupos sociales a los que pertenece el individuo y, por lo tanto, [están] relacionadas con ellos” (1963: 666). De acuerdo con dichos autores, las ideas son construidas a partir de un contexto social que éstas mismas determinan. En este caso, ello se materializa en la máscara de los soldados que representa la forma de ver el mundo de la organización castrense y lo que deben creer sus miembros, es decir, una ideología militar. Por ejemplo, a través del adiestramiento, las instituciones militares moldean, por un lado, el comportamiento para las excursiones y los enfrentamientos en los que la condición física es fundamental y, por otro, la representación del mundo.

//En otras palabras, las ideas y creencias que explican y dotan de sentido lógico a la realidad, la cual se asume como natural y no como una construcción social.

La máscara funge como ideología puesto que es una representación equívoca e ilusoria de la realidad en la que se construyen las situaciones, los sueños y, sobre todo, los enemigos como mutantes. En términos marxistas, la palabra ideología se usa para referirse a ideas falsas o distorsionadas sobre el mundo de la naturaleza y la sociedad (Roucek y Müller, 1963). De esta manera, el protagonista experimenta un duelo ideológico al remover la máscara y conocer la representación distorsionada del mundo versus la realidad social; es decir, observar el paso de cucarachas a humanos.

Stripe, al saber sobre la ilusión y la realidad, asume una posición defensiva y contestataria. Para ello, Arquette, al parecer el psicólogo e ideólogo de la organización militar, explica y justifica por qué se distorsiona la realidad. Esto genera que existan dos postulados: 1) Hacer sin saber y 2) Saber y hacer. El primero es el concepto de “falsa conciencia” (Stripe), mientras que el segundo es el cinismo de la ideología (Arquette). Žižek (2010) describe que “el sujeto cínico está al tanto de la distancia entre la máscara ideológica y la realidad social, pero, pese a ello, insiste en la máscara. La fórmula, como la propone Sloterdijk, sería entonces: “Ellos saben muy bien lo que hacen, pero aun así, lo hacen” (56-57) y, en ese saber-hacer, la obediencia juega un papel esencial, ya que a través de ella la ideología se fortalece y exige cumplir con las ordenes demandadas.

El soldado Stripe, al negarse a cumplir con matar cucarachas, y, sobre todo, al rechazar la distorsión de la realidad, es censurado y exiliado. Sin embargo, no se le permite conservar los conocimientos sobre la representación real del mundo (es decir, saber que las cucarachas no son mutantes, sino humanos) y se le da de baja aunque sigue teniendo la máscara. Esto, parafraseando a Žižek (2017), es porque la censura ideológica no tiene por objetivo aplastar el levantamiento, sino aplastar cualquier esperanza de cambiar el mundo.³

La ideología, como ya se ha descrito, es un sistema de ideas que, a través del lenguaje, se materializan en comportamientos; por ejemplo: accionar un fusil de asalto en contra de los enemigos. El problema, en el caso del episodio de Black Mirror, es que la máscara puede ser alterada a través de un dispositivo con la finalidad de romperla y poder “liberar” a los soldados. De dicho dispositivo la organización militar no parece tener registro, por ello es que no se detecta a tiempo. En términos teóricos, la ideología puede contar con huecos si el marco social que la articula presenta ideas vagas y poco claras, lo cual puede entorpecer la construcción del enemigo y, por lo tanto, confundir a todos los civiles de ser enemigos por parecer y actuar como enemigos:

El soldado Alberto recuerda que en una ocasión al convoy en el que patrullaba le ordenaron detener a un automóvil por tener actitud sospechosa en el norte del país. “Llevaba muchos integrantes, iba polarizado, manejando mal, rebasando, traía tierra en la carrocería. Coincidía con lo que nos han enseñado de los narcos, que van muchos porque son un grupo criminal, traen los vidrios polarizados para esconder las armas, manejando mal porque vienen drogados o ansiosos, y traen tierra porque vienen de la brecha donde hacen sus fechorías.

Los soldados cumplieron la orden y detuvieron al automóvil a disparos, mataron a dos personas inocentes. Uno de los sobrevivientes, explicaría a este equipo de reporteros, que traían tierra en la carrocería porque venían de un convivio familiar de un rancho, que venían muchos porque eran familia, que manejaban mal porque traían dos llantas de refacción en mal estado, que tenían vidrios polarizados porque en el norte del país es común usarlos para amainar el calor.

Esta descripción no surge del episodio El hombre contra el fuego, sino de una entrevista realizada a un exmilitar sobre la cadena de mando⁴ en el Ejército mexicano. Es decir, no pertenece a ningún género de ficción, fue un caso documentado, entre otros tantos, que se encuentra en el sentido teórico que hasta ahora se ha desarrollado: el poder de la ideología y la construcción de los enemigos.

El sistema de ideas como herramienta para distorsionar la realidad, de acuerdo con el episodio analizado, es una máscara de la muerte. Con ella se encuentran los argumentos lógicos para justificar el uso de la fuerza. Asimismo, el capítulo permite especular acerca de la construcción de ideas y su imposición, como también de la socialización de las mismas y, sobre todo, permite visualizar la ideología como un arma (o un software) para determinar el curso de la conducta humana (Roucek y Uribe, 1956).