La película lleva a la pantalla el histórico partido de tenis celebrado en 1973 entre Billie Jean King (Emma Stone) y Bobby Riggs (Steve Carell). Dicho juego pasó a la historia con el nombre de “la batalla de los sexos” –del cual el filme toma el nombre– y fue el segundo partido de tenis “oficial” entre un hombre y una mujer. Dirigida por Jonathan Dayton y Valerie Faris (Little Miss Sunshine, 2006), logra dejar en claro que el partido de tenis encarna una metáfora: la batalla de la mujer por hacerse un lugar en el mundo público y la lucha por la igualdad, que es el discurso que se mantiene a lo largo de toda la cinta. En este sentido, todos los personajes tienen un rol específico en dicha metáfora. En el personaje de Billie Jean King encontramos el arrojo de las mujeres protagonistas de la segunda ola del feminismo, quienes lucharon contra una desigualdad que permeaba todos los ámbitos de la vida pública y privada, acuñando el lema “lo personal es político”, y que abordaron asuntos como la sexualidad y la reproducción, la familia y el trabajo.

El personaje de Bobby Riggs (Steve Carell) representa la máxima expresión de machismo en la trama, un tipo misógino hasta el hastío. Si bien su actuación, en un intento por agudizar estas características, le da tintes cómicos, a mi parecer restan fuerza al personaje. 

//La victoria de Billie Jean simboliza a su vez la victoria de todas las mujeres, no sobre los hombres como erróneamente podría interpretarse, sino sobre su propia condición social en el siglo XX.

En este sentido, si bien la brecha salarial aparece como el principal motor de la lucha del personaje representado por Emma Stone, la película presenta numerosos conflictos que viven tanto hombres como mujeres a raíz del sistema opresivo que permeaba entonces. Sin embargo, en un esfuerzo por agrupar todos los conflictos sociales vividos en la época, la película se pierde un poco en algunos de ellos y queda corta y un tanto superficial.

Para concluir, la cinta no solamente resulta una entretenida tragicomedia con actuaciones formidables, sino un discurso político relevante en la actualidad, puesto que la brecha salarial aún forma parte de realidad de las mujeres. Sin embargo, también es cierto que al filme le falta radicalidad y fuerza en el discurso feminista.

 Cabe mencionar que el torneo más conocido en el tenis, Wimbledon, eliminó la brecha salarial hasta el año 2007 y aunque los cuatro grand slams actualmente remuneran de forma equitativa a hombres y mujeres, aún existen numerosos torneos en los que existe una diferencia salarial.