//Es un sitio fresco en constante renovación; en el lugar hay una pequeña galería y una vinoteca que dotan al lugar de un carácter bohemio

Hace cerca de diez años en Aguascalientes no existían tantos cafés como el día de hoy. En aquel tiempo visité en el corazón de la ciudad el Cafe del Codo. Actualmente, éste compite contra sus vecinos, ya que la calle del codo se ha llenado de comercios donde ofrecen café, botanas y comida. El día de hoy, se mantiene en su misma ubicación con una clientela en constante crecimiento, prueba de que al pasar los años su calidad no ha decaído.

Es un sitio fresco en constante renovación; en el lugar hay una pequeña galería y una vinoteca que dotan al lugar de un carácter bohemio. Las instalaciones se dividen en tres secciones:

-La primera está en la calle peatonal, desde ahí pueden observarse los otros establecimientos y obtener la frescura del callejón.

-La segunda es dentro del establecimiento; tiene una barra y una pequeña galería de arte, hay mesas de madera y sillas, en esta misma sección hay una serie de fotografías de bandas y grupos de rock clásico.

-La tercera contiene sillas bajas, pufs, y paredes estampadas. Se encuentra en la parte más atrás del lugar y por lo regular es el área más tranquila, perfecta para una reunión emotiva.

El café es atendido por personas jóvenes, la gente que frecuenta el lugar es variada, y asiste a este sitio todo aquel que quiera un ambiente relajado y agradable.

Cuentan en su carta con una gran variedad de bebidas, bocadillos y comidas, en la que podemos encontrar desde un delicioso pastel hasta una exquisita ensalada de pollo. Mis recomedaciones serían en mi primer lugar: sus icónicas patatas bravas; un rico bocadillo elaborado con gajos de papa natural sazonados y servidos con un aderezo picante, perfecto para compartir con los amigos.

De comida aconsejo pedir la ensalada de pollo. La porción y el balance de sabores lo convierte en una experiencia satisfactoria para el paladar y el estómago.

Hay una gran variedad de bebidas, pero les recomiendo en mayor medida las que son preparadas en el lugar, de las que resaltan, sin duda, su texcalate y sus naranjadas. Los precios de la carta varían hasta un máximo de poco más de cien pesos, por lo que, además de su calidad, es un lugar accesible. Sin lugar a dudas, el Café del Codo es una excelente opción para pasar un grato momento.