El doctor en Ciencias José Carlos Rubio, investigador de la Facultad de Ingeniería Civil de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH), ha desarrollado un cemento que tiene la capacidad de emitir luz hasta por 12 horas seguidas.

El objetivo del proyecto fue aprovechar un hueco descuidado en la industria de la construcción dándole la capacidad al concreto de generar energía, como lo hacen en la actualidad muchos materiales que cumplen múltiples funciones, además de la primordial para la que son usados.

// En este caso se pensaba aprovechar la capacidad para emitir luz que se le ha dotado al concreto para usos urbanísticos como iluminar una carretera, un camino, un estacionamiento, un edificio o incluso usos más simples y ornamentales como el ornato de piscinas, pisos o baños, señaló el doctor Carlos Rubio.

La fotoluminiscencia se ha desarrollado actualmente en la industria del plástico, pero en la del cemento no se había implementado. El cemento es el material más utilizado por la sociedad, sólo después del agua, con una producción a nivel mundial de unos cuatro billones de toneladas por año, de allí que darle una funcionalidad extra es una gran ventaja.

El cemento convencional no tiene la capacidad de absorción de luz porque, de entrada, cuando la luz llega a la superficie, no penetra en lo absoluto. Sin embargo, el doctor Rubio desarrolló un cemento formado por un gel de silicato de calcio hidratado, cristales de cal y agujas de sulfoaminatos en el que la luz penetra a mayor nivel que en el cemento normal, sin llegar a hacerlo transparente.

// Por medio de un proceso de poli condensación de materias primas, se ha logrado que éste absorba hasta cierto nivel la luz, la energía y las ondas electromagnéticas durante las horas del día, lo cual provoca que se cargue y que posteriormente emita luz durante las horas de la noche.

Además, tiene la ventaja de absorber cualquier tipo de luz, aunque mientras mayor intensidad tenga la fuente, mayor será la carga recibida y esa función la cumple perfectamente la luz solar en cuyo espectro se incluye la luz ultravioleta, la de más aprovechamiento para el material. Además tiene una duración de 100 años.

Rubio señala que tras un periodo de 10 a 12 horas en que el cemento se carga, tiene la posibilidad de emitir una luz que en principio es intensa y posteriormente disminuye de intensidad  en un periodo de hasta 8 a 12 horas, dependiendo de la calidad del material y de la intensidad de la carga.

Por el momento, el costo de este cemento llamado Portland es de cinco a siete veces mayor que el convencional, por lo que se está trabajando en reducir los costos en la medida de lo posible, sin llegar a disminuir su calidad, para que al comercializarse pueda llegar a todos los sectores del mercado con gran aceptación. Sin embargo, cuenta con la ventaja de requerir solamente de una delgada capa para funcionar, por lo que no se contempla de entrada el uso convencional que se le da al concreto, sino a modo de recubrimiento en adoquines o mosaicos.

// Rubio y su equipo ya cuentan con una patente otorgada a la Universidad Michoacana por el Instituto Mexicano de la Propiedad Intelectual y se planea registrar otros dos o tres productos derivados del mismo proyecto, pero con otros materiales.

Hay planes para comercializar el producto a nivel mundial y a la fecha ya se encuentran interesados algunos compradores en Argentina, Chile, Brasil y España para su aplicación en carreteras predominantemente.

José Carlos Rubio Ávalos es doctor en Ciencias con especialidad en Materiales por el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) del Instituto Politécnico Nacional (IPN).