La única idea que tenía de la nueva película de Iñárritu es que el personaje de Leonardo DiCaprio peleaba con un oso. Dicha situación siempre me remitía a la película de Anthony Hopkins “Al filo del peligro” (The Edge). La duda era si el acto de sobrevivir se basaba en matar al oso en la culminación de una constante persecución, como en la película que pasaban tanto en televisión abierta. Para mi sorpresa el oso deja el lugar del antagonista antes de la primera mitad de la película para ser el impulsor de una trama nada complicada, pero sí muy rica en experiencias visuales, auditivas y hasta viscerales.

// “El renacido” nos muestra la venganza, un tema bastante recurrido en el cine llegando a ser cliché de géneros como la acción, el terror y el suspenso, aunque realmente puede englobar todos los géneros como combustible para impulsar una historia.

Uno de los puntos más importantes del filme es que te invita a pensar si hay algo más profundo. Hay elementos paralelos a la trama que alimentan la posición del protagonista dentro de un mundo donde el ser humano y sus creencias construidas en un mundo civilizado y lejos de la naturaleza apenas si pueden existir empesando a civilizar toda el área por medio de la industria y la explotación de cuanto pueden obtener de las nuevas tierras. Al estar solos quedan a merced de un ritmo de vida en un entorno natural o salvaje que desconocen, y algunos llegan a temer por ser mortal para quien no respeta dicho ritmo, esto acompañado con el misticismo de las creencias de las diferentes tribus que son tomadas como parte de esta fuerza de la naturaleza resaltando la fragilidad que puede tener una vida en un entorno donde la muerte es algo común. Todo esto de manera adyacente a una historia que vista de manera general la presenta Iñárritu como una historia de venganza donde el protagonista, después de haber caído en desgracia, debe retomar fuerza para lograr encontrar al asesino de su hijo.

El protagonista es Hugh Glass, interpretado por Leonardo DiCaprio, quien da una actuación excelente, teniendo la mayoría del tiempo de su actuación la pantalla para él solo en un ambiente cambiante y hostil para transmitirnos por medio de gesticulaciones, gritos ahogados y un exceso de saliva lo que siente el personaje con un éxito demostrado en las reacciones del público durante la película. Encarnando a un hombre que resulta herido de gravedad, en un ambiente hostil y dejado a su suerte, obtiene el adjetivo de ‘renacido’ a lo largo de la película en más de una manera. Dicho personaje, para poder recuperarse, no sólo usa sus conocimientos de sobrevivencia, también aprende de la manera más directa que su vida sólo es una más en un mundo crudo, se llega a entender dentro de este mundo como un elemento del mismo, no como un ser que abusa de su entorno aunque eso incluya ser implacable y crudo en su venganza y supervivencia. La frase que le dice su compañero de viaje es la piedra angular para darle un final diferente a la película, no sorprende lo que pasa, pero es coherente dentro de la transformación del protagonista. Hugh Glass no sólo tiene el cuerpo herido, sino que también tiene un dolor y pesar al perder a sus seres queridos, aunque al mismo tiempo encuentra una razón para empezar a moverse dentro de su sufrimiento. Hugh renace en más de un sentido durante la película, como un ser que acaba de llegar a la tierra debe empezar en el estrato más bajo de la existencia, y que poco a poco va obteniendo la fortaleza para poder vengarse.

No creo que sea justo valorar la actuación vista por todo lo que hace un actor para prepararse, al fin y al cabo si todo lo que DiCaprio aprendió para poder ser este personaje no es llevado a la pantalla no sirve de nada. Lo que sea necesario para el actor a fin de hacer su trabajo con la pasión que él quiere o necesita. Aun con todo esto, si se es quisquilloso se alcanza a ver diferentes herramientas de actuación de Leonardo DiCaprio usadas anteriormente. Por lo menos el arrastrarse me recuerda mucho a la escena donde se arrastra en “El lobo de Wall Street”, ya que la quijada toma la misma forma, como dije estoy siendo quisquilloso. Si dijera que hay un problema con la actuación de Leonardo DiCaprio sería que el hecho de estar solo, la movilidad limitada y sin habla representa una herramienta tanto útil como arriesgada; útil, debido a que la empatía generada hacia el personaje enlaza al espectador para ver qué será lo siguiente que tenga que vivir Hugh Glass. Hay muchas películas en las cuales no nos importa lo mínimo si el héroe vive o no vive, puesto que si a la película no le importa ¿por qué debería de importarle a uno? Interesarnos por lo que pasa con la persona que vemos en la pantalla es gracias, en gran parte, a Leonardo DiCaprio. Es arriesgada la actuación de DiCaprio en razón de que contrasta con la actuación de un antagonista que convive la mayoría del tiempo con otros personajes, ayudándose a mostrar una actuación más convencional en comparación a la de DiCaprio.

Tom Hardy interpreta de manera magistral al antagonista del filme llamado John Fitzgerald. En esta actuación podemos ver monólogos, miradas, acciones y temores que hacen a un personaje verosímil con lo que justifica cada una de sus acciones, es decir, no es malo por el simple hecho de ser malo. De hecho, dentro de su escala de creencias ayudará a quien pueda o quiera ayudar siendo su propia sobrevivencia la máxima prioridad. Fitzgerald es presentado como alguien que parece siempre ir en contra de los sucesos de la película, lo cual representa muy bien las motivaciones del personaje de buscar una vida tranquila a cualquier precio. Él es un exsoldado que busca poder sobrevivir a las diferentes situaciones que se le presentan, aunque en el camino tome decisiones que no le favorecen a nadie. El personaje de Tom Hardy es un sobreviviente, y eso es precisamente lo que busca de manera interminable, nunca estando conforme con lo que la vida le ofrece o le presenta como su merecido.

La fotografía de la película es uno de los elementos más importantes. El trabajo de Emmanuel Lubezki al emplear luz natural nos muestran paisajes hermosos y diversos, en donde los personajes no se ven sobrepuestos.

// La fotografía expresa en ocasiones panoramas majestuosos y en otras ambientes sofocantes, llegando a presentar incluso el misticismo de la tierra de manera indirecta.

Los personajes se funden con el ambiente por la buena fotografía, presentándonos visiones que se tenían en aquel tiempo, producidas por la presencia del humano en lugares donde apenas se le abre camino.

La música de la película ayuda a crear la atmósfera de las situaciones, predisponiendo al espectador a eventos de manera sutil sin eclipsar los sonidos ambientales como los pasos, las ramas o el viento que complementa la atmósfera para crear una imagen y sentimiento de vulnerabilidad, inmensidad e incertidumbre según el contexto lo requiera. La inmersión en la película es tal que resulta necesario el silencio absoluto, permitiéndose al espectador llegar a escuchar el agua, ramas al crujir por los pasos de las personas o el viento moviendo los árboles.

El ritmo de la película puede llegar a ser confuso sobre cuánto tiempo pasó entre una toma y otra, ya que la misma película se empeña en mostrarnos el pasar de los días, pero por lo que pasa en la historia se llega a inferir que ocurrió más tiempo por cosas como el hacer un viaje de un lugar a otro en un tiempo anteriormente estipulado que no concuerda con lo mostrado con la película. “El renacido” es una película que bajo la dirección de Iñárritu permite explotar el talento de artistas que ya son reconocidos por producciones artísticas pasadas, convergiendo el talento de varias personas en este proyecto, y que la amalgama de la fotografía, de los actores y de las locaciones que se muestran al espectador logran llevar a cabo una historia que puede ser interpretada desde varios ángulos, con diferentes percepciones sobre qué es lo que pasó antes de la película y qué es lo que pasará después de la escena final. Uno de los grandes puntos a favor es que Iñárritu sigue mostrando un interés por que el espectador se esfuerce por comprender el contenido de la historia, y es por esto que se percibe como pretencioso. Si todas o algunas de las nominaciones para el Óscar se merecen ganar no tengo la menor idea, porque la academia tiene sus propios filtros al momento de juzgar una película, y nunca he estado en la misma sintonía que los jueces, pero sí la considero como una película recomendable para ver, situación que para muchos puede ser pasajera, y para otros una obra que impactará en sus vidas.