Tan fuerte como Hércules, tan ágil como Hermes y tan sabia como Atenea, Wonder Woman, la mujer Maravilla o Diana, es la superheroína más icónica y popular del mundo, además de ser una parte importante en la industria del cómic.

Hizo su primera aparición en 1941, momento en el que dominaban los personajes masculinos, en el octavo número del cómic “All Star Comic”. Se presentó como la primera superheroína con un rol protagónico dentro del universo DC. Fue creada por el psicólogo William Moulton Marston con el propósito de que más niñas se sintieran identificadas, desafiaran el estereotipo tradicional femenino y lucharan por ser mujeres independientes.

En su historia de origen, nace por el deseo de Hipólita, reina de las amazonas, de tener una hija. Moldea una figura de arcilla y le pide a Afrodita que le dé vida, dando origen a la princesa Diana. Sin embargo, en la actualidad se ha ido modificando su origen, y ahora ya no se dice que fue diseñada a partir de una figura de arcilla, sino por una relación entre Hipólita y Zeus, siendo Diana una semidiosa.

Diana crece en Themyscira junto con las amazonas donde es entrenada como una de ellas y se convierte en una gran guerrera, pero también en una protectora de la paz. Después de un tiempo, Hipólita organiza una competencia para escoger a la amazona más calificada para ser la promotora de la paz en la tierra de los hombres. En ésta, la princesa Diana gana y en recompensa se le da un traje con los colores de la bandera de Estados Unidos, los brazaletes, el lazo de la verdad y la tiara.

En este punto, es importante recalcar que Wonder Woman es un miembro fundador de la Liga de la Justicia y forma parte de la Trinidad de DC Comics junto con Batman y Superman.

En el contexto histórico, el discurso feminista atravesó dificultades para visualizarse. Wonder Woman, una mujer que luchaba por su propia cuenta y sabía defenderse sola, empezó siendo no muy bien vista, por lo que tuvo grandes cambios: se debilitó al icónico personaje dejándola sin sus poderes y convirtiéndola en una mujer en busca de un hombre que la salvara.

No fue sino hasta mediados de los años sesenta, con el movimiento feminista y la presión de la periodista e ícono del feminismo en Estados Unidos, Gloria Steinem, que adoptaron nuevamente la imagen de Wonder Woman y lograron que el personaje retomara sus poderes y raíces.

// Lo que más me gusta de este personaje es la fuerza con la que cree en la justicia y que, a pesar de que es un ser extraordinario –una semidiosa–, en ella hay mucha humanidad.

Es fuerte, es valiente, es bondadosa. Cuando pelea, no ataca; sus movimientos son de defensa, prefiere la paz a la violencia. No necesita de un hombre, pero puede amar a uno.

Si gustan tener un acercamiento a este personaje, les recomiendo ver la película de Wonder Woman dirigida por Patty Jenkins y protagonizada por Gal Gadot, en ella se representan a la perfección sus valores, su temple y su personalidad. Tomó 75 años desde la creación del personaje para que al fin se nos hiciera disfrutar de un largometraje life action de ella, pero valió absolutamente la pena.

En conclusión, puedo decir que la importancia de esta superheroína radica en que era una idea muy desafiante para su tiempo y nunca antes vista, que generó la identificación de las mujeres con un personaje íntegramente feminista y popularizó la idea de que una mujer no necesita de un hombre en ningún aspecto.

Me encanta Wonder Woman, pues, en un mundo tan caótico e individualista como en el que vivimos, nos recuerda la importancia de los valores y de que el amor siempre prevalece.